De máquinas y hombres. Aviones no tripulados (UAVs)

El principio máximo de la guerra es derrotar al enemigo causando el mayor número de bajas con el menor número posible de pérdidas humanas propias.

 

Sobre todo en Occidente, Vietnam es el caso más conocido, las pérdidas en material son infinitamente más aceptables que una sola baja humana.

 

Las causas habría que buscarlas en la presión mediática que retransmite las guerras en directo y en una evolución social que ya no distingue, como ocurría a principios de siglo XX, entre morir y/o morir por una causa. Este cúmulo ha llevado al concepto actual, que no entraremos a discutir ni opinar, de que ninguna baja propia es aceptable.

 

En la aviación este concepto tuvo su origen en otros factores aunque ha encontrado en los ya descritos el caldo de cultivo definitivo para su desarrollo. Hay un nuevo rey de los cielos con una proyección de futuro ilimitada: la UAV (Unmanned Aerial Vehicle).

 

Orígenes:

Al margen de experimentos previos, las UAV como concepto operacional aparecen en la IIGM.

 

En 1944 Alemania tenía un serio problema de tripulaciones para sus escuadrones. La producción industrial, aunque severamente dañada producía cada vez más aparatos (¡el record de producción de aparatos es de Abril de 1945!). Por desgracia para ellos no ocurría lo mismo con su personal.

 

El acortamiento del programa de instrucción no dejaba de ser pan para hoy y hambre para mañana pues un piloto mal entrenado tenía muy pocas posibilidades de sobrevivir a su primer encuentro contra un enemigo superior en número y, por esas fechas, ya con muchos veteranos.

 

Los programas de investigación dieron varias soluciones a este problema. El más conocido sin duda condujo a la invención de los misiles balísticos actuales. Su origen radica en la V1, básicamente un avión sin piloto. Académicamente no podemos considerarla una UAV pues no era controlable y no realizaba viaje de regreso pero la bomba volante sentó un importante precedente en el vuelo no tripulado.

 

La primera UAV operacional sería el componente inferior del Mistel, un concepto desarrollado para ganar tiempo en vuelos transatlánticos o para proteger los bombarderos, pero que los alemanes transformaron a sus necesidades: llevar bombarderos para los que no tenían tripulaciones.

 

El componente inferior tenía todos los mandos transferidos al caza superior que controlaba todas las superficies hasta el momento del ataque. Llegado al objetivo, el bombardero, repleto de explosivos, se soltaba en línea de colisión con el blanco convirtiéndose en una bomba volante como la V1.

 

Las UAV cayeron en el olvido de todos excepto de los científicos durante los siguientes casi 40 años cuando empezaron a utilizarse de modo más o menos habitual en tareas de reconocimiento en áreas reducidas a modo de aviones de Radio Control con equipos de vigilancia de alta tecnología embarcados. Esta vez fue el ejército de tierra el principal valedor de la idea. En esta ocasión el motivo ya era evitar bajas en las operaciones de reconocimiento.

 

Con la mejora de los equipos de comunicaciones y de la electrónica, las UAV han ido ganando terreno en las misiones contrainsurgencia. Ya no solo vigilan, ahora, como por ejemplo en Israel, han sido cargadas con armamento real y han demostrado su valía destruyendo columnas de abastecimiento enemigas.

 

Las ventajas son evidentes. Perder una UAV es mucho más barato que perder un avión y se elimina el riesgo de perder al piloto.

 

Las UAV aún no han superado todos los problemas. Básicamente, todos sus equipos de control son de muy corto alcance y nadie pondría la mano en el fuego con la seguridad de sus protocolos de transmisión de datos hoy por hoy.

 

Pero su mayor enemigo es el ser humano mismo. El hombre por naturaleza desconfía de las máquinas (con razón en ocasiones) y desea ver un hombre en la cabina. Desgraciadamente muchas de las personas que se manifestarían públicamente en contra de la expansión de estos ingenios, desconocen el hecho de que hoy en día, los pilotos de aviones son meros conductores en cuanto a mecánica de vuelo se refiere y, cuando sucede una avería, poco pueden hacer por reparar el problema salvo eyectarse. NOTA friki: hoy en día los aviones no llevan una unidad R2 que restablezca los sistemas como los X-Wing.

 

En cualquier caso, las UAV no eliminan al piloto, tan solo lo sacan de la cabina donde puede ser rápidamente reemplazado si le sucede algún contratiempo.

 

Esto es vital en tiempos de guerra. Se comenta a menudo que los aliados ganaron la Batalla de Inglaterra porque los pilotos que saltaban lo hacían sobre las islas británicas donde podían volver al servicio. La fuerza Aérea japonesa no volvió a ser la misma tras perder el 10% de todos sus ases en la batalla de Midway.

 

Con los nuevos avances en materia de simulación por ordenador no debería resultarnos extraño que se rebajasen los requisitos físicos de los pilotos (por ejemplo la vista que sería compensada por el zoom de los sistema de visión artificial), que las líneas aéreas tan solo llevasen al comandante en cabina para casos de emergencia, eliminando la figura del segundo y el mecánico de vuelo, o que la guerra aérea se llevara a cabo desde un búnker subterráneo a miles de kilómetros de la línea de batalla donde aviones de combate autómatas se batieran en duelo controlados por ases nada atléticos que, como en la IGM, incluso llevaran gafas.

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