
Para volar necesitamos la atmósfera, que haya aire, y controlar cómo se mueve el aire entorno al aparato volador ayuda a volar más rápido, más alto más lejos, más económico… mejor.
Los pájaros lo hacen batiendo sus alas para lograr empuje, y cambiando su geometría en vuelo para maniobrar o adaptarse mejor a cada condición de vuelo. Los humanos, en nuestras máquinas voladoras, lo hemos logrado de diversas formas. EN los primeros años de la aviación, deformando el ala para cambiar su curvatura. Posteriormente se cambió a aletas accionadas mecánicamente, situadas en diferentes partes del avión y con propósitos distintos, aunque con los mismos principios de funcionamiento: alerones, timones de profundidad y dirección, flaps…
FLAVIIR es un proyecto de 5 años, con 6.5 millones de libras aportados por BAe Systems y EPSRC. También colaboran las universidades de Leicester, Liverpool, Manchester, Nottingham, Southampton, Warwick, York, University of Wales in Swansea y el Imperial College London. El objetivo es lograr un avión controlado sin partes mecánicas, y capaz de alcanzar prestaciones similares a los aviones actuales, con la misma potencia. Este objetivo se espera lograr desarrollando varias tecnologías, como aerodinámica, sistemas de control, electromagnetismo, fabricación, materiales y estructuras, así como mejora en los métodos numéricos de cálculo.