El «Más alto, más rápido, más lejos» ya está pasado de moda en la aviación. Ahora se lleva el «Más ligero, más barato, más ecológico», al menos en la aviación comercial, y eso es lo que se intenta con los biocombustibles. Ésto se puede conseguir de diversas formas: mejorando los motores, el control del tráfico aéreo, la aerodinámica o el combustible. En Europa hay diversas iniciativas, como el Cielo Único Europeo, las Aproximaciones con descenso continuo (CDA), el proyecto Clean Sky (otro enlace aquí).
Hoy se ha producido el primer vuelo español con biocombustibles, en un avión de Iberia y con combustible de Repsol. El avión ha salido de Madrid-Barajas con direccion a Barcelona-El Prat, y se ha realizado con total normalidad. El biocombustible era una mezcla de Jet-A1 al 75% y 25% de Camelina. Con este combustible se espera reducir la emisión de CO2 a la atmósfera.
Pero el biocombustible es un hidrocarburo más, es decir, su combustión sigue produciendo dióxido de carbono y agua. ¿Cómo se reduce pues las emisiones?¿por qué combustible verde?¿Qué diferencia hay entre este combustible y otro? Se busca que el biocombustible sea sostenible y renovable. Es decir, este combustible, en contraste con el combustible fósil, no se agota, puede seguir «cultivándose». Y se estima que las plantaciones para producir biocombustible serán capaz de absorber tanto dióxido de carbono como el que se produce en la combustión del combustible.
Otra ventaja de este llamado Biocombustible de segunda generación es que el avión no necesita ninguna adaptación extra, ni en los motores ni en los sistemas de suministro de combustible. Sería suficiente con cambiar un tipo de combustible por otro. La utilización de otros combustibles, como el hidrógeno, exigiría un cambio radical en el diseño de los motores, en el suministro de combustible, su almacenaje, transporte, aeropuertos… además de los problemas que supone su obtención, aunque traería como beneficio que como resultado de su combustión tan solo se obtendría agua.
La Camelina es un cultivo que puede crecer en casi cualquier condición climatológica, incluso en las fronteras del desierto. Además, al ser un cultivo no alimenticio, no entra en competencia directa con otros cultivos indispensables y en los que un incremento de precio causaría grandes perjuicios. Por cada hectárea de camelina se obtienen 2000kg de cosecha, del que se obtiene un rendimiento de un 40% (unos 800kg de biocombustible), aunque éste puede variar en función de la climatología, como cualquier otro cultivo.Otro dato interesante que añadieron en la rueda de prensa es la posibilidad de alternar el cultivo de camelina con cultivos alimenticios de forma rotacional, cultivando la camelina el año de barbecho, convirtiendo en productiva una tierra durante un año que antes era improductiva.
Tras consultar con una persona que lleva tiempo trabajando con biocombustibles, nos comenta que aunque el motivo por el que no se usan biocombustibles al 100% sino mezclas de como mucho un 50% biocombustible 50% Jet-A1 es que aun causan algunos problemas. En concreto nos habla de sus componentes aeromáticos, y de los problemas que causan en las juntas de estanqueidad. De este modo, al utilizar el bioqueroseno con el queroseno normal, se pueden seguir usando los motores, oleoductos, sistemas… actuales, sin necesidad de modificarlos.
Podéis ampliar información sobre biocombustibles con la Guía para principiantes sobre Biocombustibles para aviación.
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