Los aviones que se utilizan como banco de ensayos suele terminar con apariencias un tanto peculiares, como por ejemplo ocurrió con el B-17 con cinco motores, o el Gloster Meteor con hélices. En otras ocasiones al avión le pueden crecer motores en la parte trasera del fuselaje. Y en otras, como en ésta, les crece casi un avión entero nuevo.
El Tupolev Tu-4LL, ya sabéis que el Tu-4 es una copia sin licencia del B-29, era un bombardero que se estaba usando como banco de ensayos de motores. En él probaron los soviéticos motores como el reactor Mikulin AM-3, los turbohélice Ivchenko AI-20, Kuznetsov NK-4 y Kuznetsov 2TV-2F.
Y también probaron el motor y el fuselaje del Tupolev Tu-91. El Tu-91 es el equivalente a los Bréguet Alizée, Fairey Gannet o Short Seamew, un avión de lucha antisubmarina embarcado, concebido en la época en la que los aviones a pistón habían cantado ya su canto del cisne, pero las hélices eran necesarias para despegar desde los portaaviones.