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Convair NC-131H Total In Flight Simulator (TIFS). Este avión de apariencia tan extraña está basado en un Convair C-131B de la USAF. Fue modificado para poder simular multitud de aeronaves. Los ingenieros lo utilizaban como simulador de vuelo, para estudiar cómo volaría un avión antes de construir un prototipo a escala real.
Las modificaciones consistieron en sustituir los motores de pistón por turbohélices, que tenían el doble de potencia que los originales, adición de aletas verticales en las alas, y modicar el fuselaje delantero para acomodar otra cabina, así como la instrumentación. Se designó NC-131H, donde la N indica que la modificación no era temporal, sino permanente.
El TIFS podía configurarse con dos morros distintos. Uno de ellos era un cockpit biplaza, con ordenadores, mandos e instrumentos configurables para simular distintos aviones. El avión llevaba dos pilotos de seguridad que podían tomar el control en caso necesario. La otra configuración era llamada ASTTA, Avionics Systems Test and Training Aircraft. El morro de aviónica llevaba radares, cámaras de infrarrojos, sensores…
Los ingenieros encontraron que el TIFS era especialmente útil para estudiar el comportamiento de grandes aviones en el momento del aterrizaje, antes de haberlos fabricado. Las grandes aletas en las alas servían para generar fuerzas laterales que simulasen el viento cruzado.
El TIFS hizo su primer vuelo en 1970, y su primer proyecto de investigación fue el bombardero B-1 en 1971. Durante su larga carrera el TIFS ha simulado muchos aviones militares y de la NASA, como el B-1, el X-40, el Tacit Blue, el Shuttle, el B-2, el YF-23 y el C-17. Entre los aviones civiles se encuentran el Boeing Supersonic Transport (SST), el MD-12X y el avión indonesio N-250. También servía para entrenar pilotos.