Nacido en Friuli el 20 de junio de 1880, nunca había sido un estudiante brillante, pero se le daba muy bien pintar y dibujar.
Una vez que terminó sus estudios, comenzó a trabajar para un carpintero para aprender un oficio, pero sus pasiones por la fotografía y la impresión lo llevaron a cambiar de trabajo. Unos años más tarde se trasladó a Trieste donde encontró trabajo en una imprenta.
También estuvo varios años en Inglaterra, en parte por motivos de trabajo, pero también porque estaba muy interesado y atraído por la aviación inglesa, aunque no fueran las más avanzadas en esos años.
El mundo del cielo siempre le había fascinado, desde niño de hecho disfrutaba construyendo cometas, aunque en aquella época no era fácil encontrar el material para poder fabricarlas ya que era bastante caro.
De vuelta en Italia, realizó una gira por varias ciudades italianas por motivos de trabajo, antes de establecerse definitivamente en Florencia, y en Florencia conoció a Vasco Magrini, un personaje muy popular incluso entre quienes no estaban interesados en los aviones.
Los dos rápidamente se hicieron amigos. Alrededor de los años 1900-1905, Mattioni ya había intentado construir modelos de aviones y una vez que regresó a Italia después de su estancia en Inglaterra (años 1910-11) lo volvió a intentar.
En 1914, en Florencia, Mattioni creó una pequeña empresa de químicos. También comenzaba la Primera Guerra Mundial. Fue eximido del servicio militar porque tenía problemas de visión.
Hacia 1920 vendió su parte de la química para dedicarse a la edición especializada (actividad que le atrajo más que ninguna otra, ya que creía poder realizar su trabajo de artesano, técnico fotográfico y tipógrafo en una sola profesión). Y para desarrollar su avión.
El 29 de diciembre de 1923 Vasco Magrini voló el prototipo de avión diseñado por Mattioni y construido por Bruno Magrini, hermano de Vasco. Este avión fue llamado «el barril volador».
Era un monoplano construido en madera, caracterizado por una especie de fuselaje-cabina-túnel que encerraba, para aumentar la eficiencia del sistema de propulsión, la hélice y un motor radial que venía de los restos de algún avión de la Primera Guerra Mundial.
El primer vuelo no fue un éxito, ya que la aeronave no reaccionaba adecuadamente a los mandos.
Tras este primer vuelo, se realizaron varias mejoras en el avión. De hecho el avión tuvo cuatro versiones distintas, resultado de las experiencias en vuelo de sus distintos prototipos.
Esto arruinó a Mattioni, obligándolo a un desembolso económico de 1.000.000 de liras en su momento. Esto junto con la negativa de las autoridades a facilitarle financiación lo obligó a abandonar el proyecto.
El avión permaneció hasta principios de la década de 1940 en un hangar en Florencia, donde donde fue destruido durante la guerra.
Es, posiblemente, el primer avión de hélice entubada, y padre conceptual del también italiano Caproni Stippa.
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La Operación EF (1941), también la Incursión en Kirkenes y Petsamo tuvo lugar el 30 de julio de 1941, durante la Segunda Guerra Mundial. Después del comienzo de la Operación Barbarroja, la invasión alemana de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, los aviones Fleet Air Arm volaron desde los portaaviones HMS Victorious y Furious para atacar a los buques mercantes en el puerto de Kirkenes, en el norte de Noruega, y en el puerto de Liinakhamari, en el norte de Finlandia. en Petsamo. Héctor Guillén nos lo cuenta.
pd: Si la intro y la despedida os son familiares, que no os sorprenda. En un ejercicio de nostalgia podcasteril he hablado con Javier Lago para pedirle permiso y utlizar la introducción que hizo para el que, si no recuerdo mal, fue el primer podcast español sobre aviación: Remove Before Flight RBF podcast
Ha sido media hora, que ha sabido a poco, ya sabéis que un aerotrastornado estaría hablando de aeronáutica sin callar durante horas seguidas, pero de la duración adecuada para no dormir al público. Os lo dejamos debajo para que podáis verlo los que os lo hayáis perdido.
Objetivo Planeta puede verse en directo cada jueves a las 16:30h en el Canal 24h de rtve, en redifusión los sábados a la misma hora, en rtve play y en Youtube.
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¿Recordáis el podcast de Armas para la autarquía, con Niebla de Guerra? Allí hablábamos de la nacionalización de todas las empresas de aviación y las de motores de aviación, fusionando así Elizalde e Hispano Suiza en ENMASA. Hoy hemos encontrado un maravilloso vídeo de los años 60 hablandode la empresa y sus motores.
Lo primero, tal vez, sea exhibir la diferencia entre autogiro y helicóptero, y el resto de aeronaves de ala rotatoria, puesto que es la primera pregunta que suelen hacernos.
Alas rotatorias (Nota: esta clasificación de aeronaves de alas rotatorias ha sido extraída de Helicópteros, de los profesores Barcala y Sevillano, de la Escuela de Ingenieros Técnicos Aeronáuticos de la Universidad Politécnica de Madrid)
Autogiro
La sustentación la proporciona el rotor
Las palas del rotor no giran por acción de una fuente de potencia, si no por fuerzas aerodinámicas
El desplazamiento horizontal no se consigue por el rotor, si no por otra fuente de potencia (motor)
El despegue y el aterrizaje no son verticales
Girodino
La sustentación la proporciona el rotor
Las palas sí giran por efecto de una fuente de potencia
El desplazamiento horizontal no lo proporciona el rotor, si no otra fuente de potencia
El despegue y el aterrizaje sí pueden ser verticales.
Helicóptero
La sustentación la proporciona el rotor
Las palas del rotor sí giran por efecto de una fuente de potencia
El desplazamiento horizontal sí se consigue por medio del rotor
El despegue y el aterrizaje sí son verticales
Primer vuelo del Autogiro «C-4»
El texto siguiente está extraído del libro El Autogiro. Ayer, hoy, mañana… Prólogo de Juan de la Cierva, de Tomás de Martín Barbadillo. Lo reproducimos literalmente, tal y como aparece en el libro.
Este tipo significa un paso decisivo hacia el éxito del invento, puesto que, al poner en práctica Juan de la Cierva la articulación de las aspas al eje, hizo posible el vuelo ordinario del autogiro. Por cierto que vamos a dar un dato que creemos inédito: en un cuaderno íntimo de Juan de la Cierva, donde apuntaba sus cálculos e ideas, aparece lo siguiente «El 2 de enero de 1922 se me ocurrió la solución de articular las aspas de la hélice autogira al eje central»
Accionado por motor «Le Rhône» de 80 HP, tenía mandos de dirección y de altura de avión, lográndose el control de la estabilidad lateral por alerones situados a ambos lados del fuselaje, como puede apreciarse en el forograbado correspondiente. Aparato de un asiento con rotor de cuatro aspas, articuladas cada una al eje central, permitiendo así oscilaciones de cierta amplitud en el sentido vertical (la segunda articulación, según un plano perpendicular al de la primera, no la aplicó Juan de la Cierva a su autogiro hasta 1927). Este autogiro C-4, de un peso en carga del orden de los 600 kilos, marcó un paso gigantesco, demostrativo de que se estaba en presencia de un nuevo sistema de aparato volador, y realizó el 9 de enero un primer vuelo, a cuatro metros de altura, de unos 200 de longitud y más tarde, el 31 de enero de 1923, un magnífico vuelo, en circuito cerrado, de cuatro kilómetros, en tres minutos treinta segundos, a 25 metros de altura, según demuestra el certificado que a continuación se copia:
«Aeronáutica Militar. ─Laboratorio.─ Don Emilio Herrera Linares, comandante de ingenieros, jefe del Laboratorio Aerodinámico MIlitar.─Certifica: Que en el aeródromo de Cuatro Vientos, en la tarde del 31 de enero último, un aparato sistema «autogiro», ideado y construído por el ingeniero de Caminos don Juan de la Cierva y Codorníu, pilotado por el teniente don Alejandro Gómez-Spencer, efectuó tres vuelos, describiendo en el último de ellos un recorrido de unos cuatro kilómetros de longitud en circuito cerrado, en un tiempo de tres minutos y treinta segundos, y alcanzando una altura superior a los 25 metros sobre el nivel del terreno.
Aeródromo de Cuatro Vientos, 1 de febrero de 1923.─El comandante jefe del Laboratorio, Emilio Herrera. ─ Comisario deportivo de la F.A.I.»
Hizo este aparato una velocidad de crucero de 67 kilómetros por hora y de unos 100 de máxima. (Véase el forograbado)
Si genial fué el invento, verdadera creación (puesto que de la nada se sacó algo) de Juan de la Cierva, su labor de convertir en doce años aquella máquina tosca y primitva en los maravillosos tipos actuales, tiene, por lo menos, tan extraordinario mérito como el invento mismo, puesto que había nada menos que crear, primero, y perfeccionar, después, toda una técnica de un nuevo aparato volador.
Vídeo del vuelo del 31 de enero de 1923
En esta película que nos hace llegar @MassiasThanos pueden verse los primeros vuelos del autogiro en Getafe en 1923, así como pruebas de 1925 en Reino Unido y algunas otras imágenes más que merecen la pena, aunque por desgracia no están en orden cronológico.
El nacimiento de la articulación de arrastre
Fue De la Cierva quien introdujo por primera vez en una aeronave de ala rotatoria las importantísimas articulaciones de batimiento, arrastre y cambio de paso. Estas articulaciones permitían que las aeronaves de ala rotatoria fueran viables, puesto que hasta ese momento todas habían fracasado en llevar a cabo la transición de vuelo a punto fijo a vuelo en avance.
La pala que avanzaba, contando con la velocidad de rotación más la de avance, tenía más velocidad respecto al aire, por lo proporcionaba más sustentación que la que retrocedía, que tenía una velocidad debida a la rotación menos la velocidad de avance, lo que provocaba un par de vuelco.
La solución vino introduciendo la articulación de batimiento. Y como la resistencia depende de la sustentación de forma cuadrática, la pala que avanzaba tenía más resistencia que la que retrocedía. Y por ello se introdujo la articulación de arrastre. La articulación de cambio de paso permite variar el ángulo de inclinación de cada pala, de forma cíclica o colectiva, permitiendo que la aeronave sea controlable.
Como se describe en el texto anterior, el 2 de enero de 1923 de la Cierva ideó la articulación de batimiento, que permite oscilar a la pala arriba-abajo para compensar la asimetría de asustentación entre la pala que avanza y la que retrocede durante el vuelo de avance.
Haría falta un pequeño accidente para que añadiera al rotor la articulación de arrastre, para compensar la asimetría de resistencia entre las palas.
Controversia del primer vuelo
Como veréis estos días hay una controversia sobre el primer vuelo del autogiro. ¿Fue el 9 o el 17 de enero? El 9 apenas fue un salto de 200m de largo y 4 de alto. ¿Se considera primer vuelo o un carreteo rápido con un pequeño salto? El primer vuelo «serio», levantándose del suelo y haciendo maniobras básicas fue el 17. Tal vez la controversia sería menor si en lugar de hablar del primer vuelo se hablara del primer despegue.
Parece ser que existe una fotografía autografiada por de la Cierva mencionando que el primer vuelo fue el día 17. En el libro que mencionamos en nuestra entrada del centenario, da como fecha el día 9, y estando escrito en vida del ingeniero-inventor y prologado por él, podría suponerse que lo leyó y revisó y podría haber corregido el error. Tal vez la solución nos la haya dado Alfredo López Díez, al citar las propias palabras de de la Cierva:
Ensayado este aparato en junio de 1922, demostró desde el comienzo la propiedad del centramiento automático y estaba a punto de volar cuando un accidente originó su rotura, lo que obligó a suspender las experiencias que luego, por ausencia del piloto y otras causas, no han podido reanudarse hasta el mes de enero del presente año, estando provisto ahora el aparato de dos pequeños alerones o aletas transversales para el mando lateral. Pilotado por el señor Gómez Spencer, el Autogiro despegó por vez primera el día 10, y corregido el efecto del par de giro del motor, el día 17 efectuó varias rectas a dos metros de altura, comprobándose en ellas todas las cualidades previstas, menos la de la toma de tierra que se hizo como en un aeroplano ordinario. El día 20, a consecuencia de un defecto en los mandos del motor, que impidió al piloto pararlo al tomar tierra, se elevó el aparato a unos ocho metros de altura, en pérdida de velocidad, que hubiera originado un accidente seguro en un aeroplano. Acordándose el piloto de la cualidad teórica del aparato de ser insensible a la pérdida de velocidad y de poder tomar tierra verticalmente, hizo la maniobra probable y el Autogiro descendió suavemente hasta posarse sin velocidad apreciable, confirmándose definitivamente todas las cualidades teóricas. El día 22 se hicieron pruebas oficiales y el 31 efectuó un vuelo de tres minutos y medio, en circuito cerrado de más de cuatro kilómetros, alcanzando una altura sobre el terreno superior a 25 metros, según certificado oficial del que acompaño copia.
Juan de la Cierva en su notificación a la Real Academia de Ciencias el 15 de febrero de 1923
Nuestro pequeño homenaje
Un día como hoy hace cien años despeguaba del autogiro número 4 (C.4) del aeródromo de Getafe. Y no podemos sino celebrarlo recordando las entradas con las historias más desconocidas de esta aeronave de alas rotatorias que hemos contado en este blog:
El autogiro fue la primera aeronave de ala rotatoria en ser embarcada