05/04/08
Saqueando los fondos del Foro Perrus
Citar: DReaper
Nada más salir de la estación de Shibuya, en Tokio, hay un pequeñísimo parque circular con una estatua. Es la estatua de un perro sentado.
La estátua de Hachiko
A quien no conozca la historia, le puede chocar, pero esa estatua es uno de los símbolos de la ciudad y su historia es tan impresionante como real y documentada.
En 1924 el dueño (Hidesamurō Ueno) de un perro llamado Hachiko se mudó a Tokio, para ejercer como profesor en la universidad. Todos los días, el perro le observaba marcharse desde la puerta de casa y luego se sentaba frente a la estación para esperar a su dueño. Día tras día.
El auténtico Hachiko, esperando.
En 1925, Hidesamurō Ueno murió. Hachiko siguió esperando en la estación, esperando a su dueño… durante once años. El perro se hizo famoso y todo el mundo conocía al perro que esperaba pacientemente frente a la estación de Shibuya. Once años esperó, siendo alimentado por los transeuntes, hasta su muerte a finales de 1935.
En 1934, aun vivo Hachiko, el pueblo japonés conoció la historia gracias a uno de los alumnos de Hidesamurō Ueno y una estátua fue ergida en honor del mayor símbolo de fidelidad y esperanza de Tokio. La estátua se perdió en la WW2 (fue reciclada para el esfuerzo de guerra), pero en 1948 fue reconstruida para recordar a los japoneses uno de los más grandes valores que existen: la lealtad.
Hachiko es todo un símbolo allí, y se han hecho películas y cuentos sobre el perro de Shibuya, siendo su estátua un lugar de peregrinaje al que acuden las parejas japonesas, para que el espíritu de Hachiko les inspire y para presentarle sus respetos.