El fin de semana ha sido de locura, no parar… y además ha sido aeronáutico a más no poder.
El viernes, 1º quedar con Paco, para preparar el vuelo del sábado. Después con JG52_Bore, para charlar de aviones… bueno, e irnos a Torrejón con Natalia y Elena a ver el espectáculo de fuente, luz, láser y pirotécnia del Parque Europa.
Domingo madrugón para ir al museo del aire con… buffff perdí la cuenta: Bore, Reinhart, DReaper, Shilka, Natalia, Elena, Lourdes, @HHSantos y medio club de juego Alas de Dragón. Éramos tantos que nos separamos en dos, después comida con unos pocos de todos los asistentes…
¿Y el sábado? ¡Pues el sábado fue el vuelo! quedamos en el aeródromo de Casarrubios. Acostumbrado al Loring me sobraba pista, se me hacía raro tener tanta…
El piloto era Paco, yo aun no tengo la licencia, así que haría de navegante, mapas, brújula, localizar puntos de paso, y sacar la cámara para ir tirando fotos. ¡¡Que de cosas para hacer!!
Nos acomodamos en el ultraligero después de repostar y nos vamos al aire. El viaje iba a ser largo, así que lo llenamos… hasta las trancas. Parecía más un MRTT que un ultraligero, pero mira, mejor que sobre y no que falte cuando se trata de combustible en un avión en un vuelo largo, salvo que esté en llamas…
Tras el despegue iniciamos viraje a izquierdas, para abandonar la zona del aeródromo, y poner rumbo dirección al embalse de San Juan. Se veía desde ahí arriba todo, y las antenas de la NASA eran impresionantes.
De allí pusimos rumbo más o menos hacia cebreros, y a la carretera nacional que nos marcaba el viraje rumbo La Hija de Dios. Que esa zona la atravesara para ir al pueblo de mi madre año tras año y varias veces… hace que reconociera rápido carreteras: aquello es Ávila, aquello es la zona de los llanos del Salobral, la carretera que va para Piedrahita, la que va para Menga, y por supuesto el aeródromo del Fresno. Y por supuesto, disfrutar de las vistas y las montañas.
Cuando vimos el tiempo que llevábamos volando, la altitud de las nubes, y el tiempo que nos quedaba para devolver el avión, así como el viento y las montañas que teníamos al rededor… decidimos que volar hasta el pueblo de mi madre no era buena idea y nos dimos la vuelta. Pude afotar el aeródromo del Fresno, y de lejos Ávila.
A la vuelta, vimos que había molinos eólicos y que tendríamos que pasar sobre ellos, así que ascendimos para hacerlo con seguridad. También pasamos sobre un embalse, cuyo nombre no recuerdo, que era uno de nuestros puntos de paso.
Pero todo lo bueno se acaba… y hubo que volver, y aterrizar.
Así que nos bajamos del avión… ¡¡y hasta el próximo vuelo!!