Primera Guerra Mundial: El primer derribo de un Zeppelin

 

Visión de un artista del derribo de Warneford

 

 

 Al comienzo de1915 Alemania comenzó a bombardear objetivos en Reino Unido usando Zeppelines gigantes. Los británicos pronto descubrieron que estos bombarderos eran muy difíciles de derribar. No fue hasta el siete de junio de 1915 cuando lograron derribar el primero. El Sub-Lt. Reginald «Rex» Warneford en un vuelo nocturno vió el dirigible LZ-37 sobre Ostende cuando regresaba de un raid sobre Calais. Tras dos horas de caza consiguió hacerlo bajar.

 

En el imaginario popular los Zeppelines son considerados como grandes bombas volantes a los que se podía hacer volar por los aires con un par de balas. La imagen del Hindenburgb ardiendo en Nueva Jersey en 1937 ayudó a contribuir con esta imágen. Pero a pesar de estar rellenos de hidrógeno, eran difíciles de derribar y durante una temporada fueron los reyes del cielo.

 

Había muchas razones para ello. Una era su enorme tamaño, más de 150m de largo. Su estructura de duraluminio, con varios globos independientes llenos de hidrógeno les hacían un blanco muy grande, pero también muy tolerantes al daño. Además, las balas normales no hacen arder el hidrógeno, tan solo perforaban el revestimiento del dirigible y con fortuna el globo que contenía el hidrógeno, haciendo que éste se desinflara poco a poco. Y estas fugas de gas podían parchearse en vuelo. No sería hasta mayo de 1916 cuando se introdujeron balas explosivas e incendiarias para los cazas que defendían Reino Unido de los Zeppelines. Hasta la introducción de la munición incendiaria y explisiva, los atacantes podían descargar sobre los dirigibles todos sus cargadores y aun así no lograr derribarlo. Eso si lograban acercarse lo suficiente como para disparar, los Zeppelines eran auténticas fortalezas volantes, plataformas estables de tiro erizadas de ametralladoras, lo que no hacían fácil atacarlas. La velocidad de vuelo de los Zeppelines era de unos 100-130km/h, la misma que la de los aviones atacantes. Esto hacía que la aproximación del caza atacante fuera lenta, y estuviera expuesto al fuego del dirigible durante mucho tiempo. Además los dirigibles podían volar más alto que los aviones de la época. Desde que el dirigible era detectado hasta que el avión llegaba a su nivel de vuelo, si es que era capaz, pasaba demasiado tiempo. Por esta razón los Zeppelines fueron los reyes del cielo, teniendo que preocuparse más por el mal tiempo y los accidentes que por los aviones enemigos.

 

El derribo del Sub-Lt. Warneford

 

Sub LT Warneford

 

La noche del seis al siete de junio, el Sub-Lt. Rex Warneford estaba en su primera misión nocturna de bombardeo con el Royal Navy Air Service (RNAS). Su destino eran los hangares de Zeppelin del Aeródromo de Evere-Haren (1), cerca de Bruselas. Su monoplano Morane-Saulnier Type L «Parasol» llevaba seis pequeñas bombas de 20 libras. La velocidad máxima del pequeño scout era de 120km/h y además de las bombas su otro único armamento era su carabina reglamentaria (la introducción de la ametralladora como arma aérea fue algo tortuosa). Cuando se acercaba a Ostende en la costa belga, vió el Zeppelin LZ-37, regresando de su raid en Calais, Francia. Durante su entrenamiento, su instructor dijo de él una vez «Este chico logrará hacer grandes cosas, o matarse». Y no podía ser más cierto… Aquella noche Warneford decidió atacar el dirigible con su carabina. Pero las ametralladoras del dirigible le hicieron darse la vuelta. Desde el dirigible utilizaron este valioso tiempo para lanzar lastre e intentar ascender más allá del techo operativo del Morane-Saulnier, y continuaron el vuelo de regreso a casa sin percatarse de que Warneford les perseguía, ganando altitud poco a poco. El joven piloto tardó dos horas hasta llegar a los 13000 pies. Y entonces, cerca de Gante, el LZ-37 comenzó a descender.

 

Tripulantes de un Zeppelin en su góndola

 

Warneford decidió que su oportunidad había llegado. Maniobró hasta colocar su monoplano a 200ft sobre el dirigible y soltó sus seis bombas. Y después se alejó todo lo que pudo del LZ-37. Una de las bombas inició un fuego que se propagó rápidamente, hasta causar una explosión que iluminó los paisajes. Grandes piezas del dirigible cayeron sobre Sint Amandberg, a las afueras de Gante. La onda expansiva alcanzó el avión de Warneford y su motor se detuvo. El LZ-37 se estrelló sobre el beaterio de Sint Amandberg, matando a siete de los ocho tripulantes y a dos de las habitantes del beaterio. El octavo tripulante, aunque pasó muchas semanas en el hospital, sobrevivió.Warneford, incapaz de re-arrancar el motor de su avión, aterrizó de emergencia en territorio enemigo. Tras realizar algunas reparaciones y lograr arrancar el motor, despegó y volvió a base. Era el primer aviador que lograba derribar un Zeppelin.

 

Los franceses le condecoraron con la más alta de sus condecoraciones, la Cruz de Caballero de la Legión de Honor. Los británicos le concedieron a su vez la más alta condecoración, la Cruz Victoria. Una de las calles de Sint Amandsberg fue renombrada, tras el conflicto, por los belgas como Reginald Warneford straat.

 

Poco saboreó las mieles de la victoria. Diez días después de su triunfo, el 17 de junio de 1915, tras una comida en su honor, Rex Warneford despegó en su monoplano junto con un periodista norteamericano. Justo tras el despegue, el ala derecha de su avión colapsó y el avión se estrelló contra el suelo, matando a ambos. El funeral de Warneford se celebró el 21 de junio en Londres. Tenía 23 años.

 

Entierro de Warneford

 

 Historia vía Hub Pages, aunque con algunos conocimientos extra adquiridos tras un año viviendo en Bruselas.

(1) Di por hecho que, al hablar las fuentes de una base de dirigibles cercana a Bruselas ésta debía ser la que existía en el aeropuerto de Évere, más conociendo que éste fue destruído en un raid contra el LZ-38 y que había una base de dirigibles. Pero otras fuentes consultadas en internet citan como punto de destino del LZ-37  la base de dirigibles de Gontrode, cerca de Gante 

 

Nota: aunque se ha usado la palabra caza el término correcto sería scout. Caza, o cazador, en la Primera Guerra Mundial son términos que solo fueron utilizados por los alemanes (jadg jäger –aunque esto no fue hasta el desarrollo de las jastas, el término previo fue Kämpfer, luchador) y franceses (avion du chasse). En cuanto a los británicos y estadounidenses utilizaban el término scout. Los estadounidenses, hasta después de la IIGM utilizarían el término pursuit airplane, aviones de persecución (de ahí la P del P-51). No fue hasta después de la IIGM cuando se popularizó el término fighter.

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