El As de la RAF que luchó por Stalin
Su misión secreta de proteger el puerto de Murmansk de los alemanes ha sido olvidada hace tiempo, pero ahora un libro la devuelve a la actualidad y nos la cuenta
Cuando el presentador de X Factor Dermot O’Leary asistió a la cena para recaudar fondos del Club de la RAF en Mayfair el último verano conoció a un anciano caballero llamado Eric Carter. Carterd, de 94 años, nunca había visto X Factor y no tenía ni idea de quién era O’Leary, salvo que se trataba de un presentador de televisión del que todo el mundo hablaba. Durante la cena Carter le contó historias de cuando era piloto de Hurricane en la Segunda Guerra Mundial, así como su papel en una de las misiones más secretas del conflicto.
“Le pregunté a Eric si había pensado en poner por escrito todas esas experiencias en un libro” dice O’Leary. “Dijo que lo había considerado, pero que pensaba que nadie estaría interesado en lo que él había hecho. Al día siguiente hablé con mi editor”
El resultado es una historia acerca de los pilotos que combatieron junto a la URSS en el Frente Oriental contra la Alemania Nazi.
En el verano de 1941 Hitler lanzó la Operación Barbarossa, la invasión de la URSS. Mucho se ha escrito sobre la marcha hacia Moscú y el sitio de Stalingrado, muy poco sobre el puerto de Murmansk, en la bahía de Kola, en el extremo noroeste de Rusia, el cordón umbilical que unía Rusia con el Atlántico, para recibir suministros de sus aliados. Nadie estaba más al tanto de su importancia estratégica que Hitler, que dio el visto bueno a la operación Silver Fox, el nombre clave de los alemanes para el asalto del puerto.
La superioridad aérea siempre fue el ingrediente clave de las acciones de la Luftwaffe, que parecía imparable. A las 24h del inicio de la operación Barbarossa los rusos habían perdido 1811 aviones, de los cuales 1489 fueron desturidos en tierra. Stalin pidió Spitfires a Churchil. El primer ministro, sabiendo los problemas por los que atravesaba la cadena de producción del Spitfire aceptó enviar ayuda, así que ofreció desplegar en Murmansk 40 Hawker Hurricanes y 550 personas entre pilotos y técnicos, capaces también de entrenar pilotos soviéticos para futuros envíos de Hurricanes adicionales.
Mientras tanto Eric Carter estaba de permiso en casa de sus padres en Bournville, cerca de Birmingham, cuando recibió un telegrama el 28 de Julio de 1941. En él se leía “Regresa inmediatamente STOP Adscrito al 456 sqn STOP. Cuando estaba haciendo la maleta un policía llamó a la puerta para repetir el mismo mensaje. Claramente alguien estaba muy interesado en no dejar ningún cabo suelto.
Desde ese momento todo fue llevado en secreto. Un tren llevó a Carter y sus compañeros a Liverpool. Desde allí fueron en barco hasta Scapa Flow, una base naval británica en las Orcadas. Carter dijo “Nunca había visto tantos barcos en un solo puerto. Es como si la mayor parte de la Royal Navy estuviera anclada allí. Vi al menos tres portaaviones”. “No teníamos la más mínima idea de dónde íbamos. No había teléfonos móviles en aquellos días, por supuesto, así que no podíamos llamar a casa. Y no nos permitían mandar cartas”.
Como parte de una elaborada pantomima para mantener la misión secreta, se les dijo que se equiparan con el uniforme tropical y redes antimosquitos. Ya en altamar se les informaría de que era un convoy ártico y su destino era el puerto ruso de Arcángel, en el Mar Blanco. Una vez allí, el grupo sería llamado el Ala 151 de la RAF. Ensamblaron sus aviones en 9 días, y volaron con ellos hasta el aeródromo de Vaenga, a unos 15km de Murmansk.
En los siguiente 15 meses el Ala 151 registró 15 derribos en combates contra Messerschmitts y Junkers de la Luftwaffe. El Hurricane no tenía la maniobrabilidad del Spitfire pero se comportaba dignamente (ya conocéis la polémica Spit vs Hurri y que ni sus pilotos se ponen de acuerdo sobre cuál era mejor).
“Teníamos 8 ametralladoras” dice Carter, “cada una de ellas podía disparar 1000 disparos por minutos. Teníamos en total unos 20 segundos de fuego, pero una ráfaga de dos segundos de las 8 ametralladoras eran suficiente. Podían abrir un agujero en un barco”.
Recuerda muy claramente un encuentro en conreto con el enemigo. “Yo estaba volando y por debajo y unos cuantos cientos de metros por delante había un 109. Quité el protector del botón disparador y miré el 109, aún está tan vivo en mi memoria,y me dije a mi mismo ‘Tienes que hacer esto bien, o el Alemán lo hará’. Porque solo podía salir de aquel combate uno de nosotros dos”. “Le disparé una ráfaga y se metió en unas nubes. No supe qué le pasó. Creo que le di. Disparé a muchos, pero nunca pude reclamar un derribo. Y sinceramente, no quería reclamar ninguno”. “Sé que algunos pilotos al regresar por la noche lo celebraban, yo nunca lo hice de aquella manera. Era una celebración, pero nunca lo celebré de aquél modo”. “Era una tragedia para ambos bandos. ¿Te suena tonto? Era un trabajo que había que hacer, pero no veía ningún motivo para regocijarme en ello”.
Carter llegói a admirar a los pilotos rusos que entrenó. “Solíamos creer que estaban locos”, admite. “Volaban en tormentas de nieve en las que nosotros no lo haríamos, pero eso no sigifica que fueran malos pilotos. Eran buenos pilotos. Un poco menos prudentes que nosotros”
“Uno de los pilotos rusos, Zakhar Sorokin, hizo un aterrizaje de emergencia después de derribar un 110 haciendo un tarán, y tuvo que volver a la base caminando a -40ºC”. “Perdió ambos pies por congelación, pero aun derribaría otros 9 aviones alemanes con sus pies protésicos”.
Al final la URSS recibió no menos de 3000 Hurricanes, pero debido a la sensibilidad de Stalin a la hora de admitir la ayuda occidental, la ayuda del Ala 151 de la RAF fue eliminada de sus discursos, y no se supo de su existencia hasta finales de los 60.
“El punto de inflexion real vino en 1994”, dice Carter, “cuando el presidente Ruso preguntó a la Reina si haría una visita de estado a Rusia, y ella respondió que sí, si reconocían que Reino Unido les ayudó en la guerra. Ok, lo haremos, dijo Yeltsin. La Reina hizo la primera visit de estado a Rusia desde que los comunistas ganaron en la guerra civil de la revolución rusa, en 1917”. En su séquito estaban Carter y su punto, Freddie Crewe.
Ha hecho media docena de viajes a Murmanks para celebrar varios aniversarios y reencontrarse con otros pilotos y sus familias. En cada ocasión los veteranos recibieron una calurosa bienvenida por parte de los habitantes. Cuatro de ellos habían sido condecorados con la Orden de Lenin, los únicos militares británicos en recibir tal honor durante la IIGM.
Como dijo O’Leary: “Hay tantas historias increíbles sobre Force Benedict, pudieron ser torpedeados en el camino, la Luftwaffe pudo haber destruido los aviones en el suelo antes de que hubieran sido ensamblados, los alemanes podrían haber conquistado el aeródromo… fue un milagro que sobrevivieran”.
Force Benedict, la misión secreta para salvar a Stalin (Force Benedict, Churchill’s Secret Mission To Save Stalin) de Eric carter (Hodder & Stoughton) está disponible por £16.99 en expressbooks.co.uk. Un DVD con el premiado documental Hurricanes para Murmansk, la Historia del ala 151 de la RAF (Hurricanes To Murmansk, The Story Of RAF 151 Wing is available) está disponible en Atoll Productions (atollproductions.co.uk)
Fuente: Express
Fotos: Russia beyond headlines, Sim HQ, Wikipedia
Para ampliar la información: Lend-Lease Air Force