WASP, Las pilotos femeninos de la IIGM consiguen la medalla de oro del Congreso

Deanie Bishop Parrish quería volar y servir a su país.

Según se recrudecía la IIGM, ella y cientos de mujeres encontraron el modo de hacer las dos cosas.

La Fuerzas Aéreas del ejército (de Tierra) les permitieron tomar empleos de vuelo militar domésticos que liberasen a los pilotos masculinos para servicio en ultramar, pero nadie agradeció su servicio y se mantuvo en secreto durante decadas. Ahora, después de años de peleas en despachos, los pilotos femeninos del servicio de la Fuerza aérea reibirán la medalla de Oro del congreso el 10 de marzo.

“Ha sido un camino muy largo,” decía Parrish, de 87 años, que se unió al servicio en 1944. “Sólo han tardado 65 años.”

 

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A principios de los 40, un grupo de pilotos femeninos liderados por Jacqueline Cochran comenzó a presionar al ejército para que les dieran la oportunidad de volar.

Aunque inicialmente reticente, El jefe del Army Air Corps. Teniente General Henry “Hap” Arnold vio la necesidad de más pilotos para apoyar el esfuerzo de guerra y autorizó la formación del Women Airforce Service Pilots (WASP) en 1942. A las mujeres todavía no se les permitía volar misiones decombate en ultramar. Fueron confinadas en los EEUU, volando misiones previamente realizadas por hombres que ahoran podían partir a la guerra.

Los pilotos femeninos transfirieron aviones entre las bases en los EEUU, realizaron vuelos de prueba tras el mantenimiento y realizaron el peligroso servicio de remolcar blancos para el entrenamiento del fuego antiaéreo.

“Daba un poco de miedo,” recordó Parrish riendo Parrish. “Algunas veces aquellos artilleros no eran tan certeros.”

A petición de Arnold, las mujeres pudieron volar incluso el bombardero B-26 — conocido como “Widowmaker” (fabricante de viudas) — para convencer a los miembros masculinos del servicio de que el avión era seguro.

“Volaron todos los tipos de avión de que disponía el ejército,” decía la General de Brigada retirada. Wilma Vaught, presidente de la Fundación en memoria de las mujeres en servicio militar de America. “Fue una oportunidad de volar tipos de avión que nunca hubieran tenido posibilidad de volar. Les apasionaba”

Parrish comentó que le encantaba volar, pero que su motivación era el patriotismo.

“Para mí, sentía que era lo único que era lo mejor que podía hacer para ayudar a mi país,” decía. “Esa es la razón por la que entré.”

El gobierno no pagaría el trayecto de las mujeres a sus sesiones de entrenamiento en el Campo Avenger en Sweetwater, Texas, ni el transporte de sus cuerpos i morían en el cumplimiento del deber. 38 dieron sus vidas por su país.

Según se difundió la noticia de las tareas de las mujeres, creció un moviento en los EEUU para retirarlas del servicio. En Marzo de 1944, Arnold, para entonces ya el paladín de los pilotos femeninos, solicitó leyes que les permitieran convertirse en miembros de pleno derecho del ejército. Fue la única de las peticiones de Arnold al congreso que fue rechazada. En Diceimbre de 1944, las WASP fueron disueltas. No recibieron beneficios militares ni honores, y sus registros fueron sellados y clasificados como secreto.

En los años 70, como el ejército comenzó a presentar oficialmente mujeres piloto y decían que eran las primeras mujeres en la historia que volaban aviones militares, las mujeres aviadoras de la IIGM decidieron que era tiempo de recibir los méritos que se merecían. Con la ayuda del hijo de Arnold’, el coronel Bruce Arnold, y el senador Barry Goldwater, convencieron al congreso para que las reconocieran como veteranos.

Hoy día, todavía poca gente conoce la historia, Incluso la hija de Parrish, Nancy, no era consciente de lo que había hecho su madre hasta los años 90 cuando encontró una libreta y comenzó a hacer preguntas. Poco después, las dos mujeres se enfrascaron en la misión de encontrar a los miembros supervivientes del servicio para que contasen sus historias.

Entrevistaron 110 mujeres en 19 estados. Su esfuerzo resultó en una exhibición de museo llamada “Las chicas voladoras de la IIGM,”actualmente exhibida en el Women in Military Service for America Memorial en el cementerio Nacional de Arlington.

La muestra ayudó directamente al esfuerzo del congreso para conceder la medalla de Orot. En la obertura oficial de “Fly Girls” en Noviembre de 2008, las Parrish conocieron a la Mayor. Nicole Malachowski, la primera mujer en volar con el escuadrón de exhibición Thunderbirds.

A la vez un tipo de la Casa Blanca y Malachowski usaron sus contactos para conseguir que aceptaran un proyecto de ley. Se aprobó, y el 1 de Julio de 2009 el presidente Obama la convirtió en ley. 3 de los pilotos femeninos originales y 5 actuales estuvieron allí.

Cási 300 de las 1102 mujeres piloto originales viven todavía, y se espera que alrededor de 130 acudan el 10 de Marzo a la ceremonia de condecoración, según Marilla Cushman de la women’s memorial foundation

 

Airforce News

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